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Mostrando entradas de agosto, 2022

Glorifiquemos al Maestro

 Glorifiquemos al Maestro No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. (Filipenses 2:4). Cuán fervoroso y conmovedor llamamiento expresa Pablo cuando dice: “Ya sabéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”  (2 Corintios 8:9).  Ya sabéis desde cuán alto se rebajó, y conocéis la profundidad de la humillación a la cual descendió. Sus pies se internaron en el camino del sacrificio, y no se desviaron hasta que hubo entregado su vida. No medió descanso para él entre el trono del cielo y la cruz.  Su amor por el hombre le indujo a soportar cualquier indignidad y cualquier ultraje. Pablo nos amonesta a no mirar “cada uno a lo suyo propio, sino cada cual también a lo de los otros”  (Filipenses 2:4). Nos exhorta a que tengamos el “sentir que hubo tambien en Cristo Jesús: el cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ...

El valor de un alma

 El valor de un alma  También nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. (Romanos 5:11). Los que al fin salgan victoriosos, tendrán épocas de terrible perplejidad y prueba en su vida religiosa; el humano juzgará, pero no deben desechar su confianza en Cristo, pues es ésta una parte de su disciplina en la escuela de Jesús Cristo y es esencial a fin de que toda la escoria pueda ser eliminada.  El siervo de Dios debe soportar con fortaleza los ataques del enemigo, sus dolorosos vituperios, y debe vencer los obstáculos que Satanás coloque en su camino. Satanás tratará de desanimar a los seguidores de Cristo para que no oren ni estudien las Escrituras, y arrojará su odiosa sombra a través del sendero, para ocultar a Jesús de la vista, para excluir la visión de su amor y las glorias de la heredad celestial.  Se deleita en hacer andar a los hijos de Dios vacilantes, temblorosos, apenados, bajo una duda continua. ...

El verdadero valor de una persona

 El verdadero valor de una persona Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. (Romanos 5:8-9). Cristo y él crucificado debiera llegar a ser el tema de nuestros pensamientos, debiera despertar las más profundas emociones de nuestra alma.  Los verdaderos seguidores de Cristo apreciarán la gran salvación que él logró para ellos; y dondequiera que él los guíe, ellos lo seguirán.  Considerarán un privilegio llevar cualquier carga que Cristo pueda colocar sobre ellos. Es sólo por medio de la cruz como podemos estimar el valor del alma humana.  Es tan grande el valor de los hombres por quienes Cristo murió que el Padre está satisfecho con el precio infinito que él paga por la salvación del hombre al entregar a su propio Hijo para morir por su redención. ¡Qué sabiduría, qué misericordia y qué amor en su plenitud se manifiestan aquí! ...

La extravagancia de nuestro padre

 EXTRAVAGANCIA DE NUESTRO PADRE. “¡Si de verdad Dios me amara, seguramente haría ___________________ por mí!” Me pregunto cuántas veces ese pensamiento ha pasado por nuestra mente. Observamos las circunstancias y luego comenzamos a preguntarnos si Dios realmente nos ama, porque si así fuera realmente, las cosas serían diferentes. Hay dos argumentos que a menudo nos llevan a dudar de la bondad de Dios. En primer lugar, cuando tenemos un deseo ardiente en nuestro corazón y nuestra mente por algo que creemos que es bueno, la idea de que Dios desee algo diferente para nosotros puede parecernos ridícula. En segundo lugar, podemos dudar de la bondad de Dios porque nuestra experiencia choca con lo que creemos. Si algo se ve bien o se siente bien, o suena bien o sabe bien, entonces debe ser bueno. Por lo tanto, nos enojamos con Dios cuando no podemos tenerlo. Aquí es donde interviene la fe. La fe entra en juego precisamente en aquellos momentos en que nos vemos tentados a dudar de Dios y d...

Tu alimento diario

Tu alimento diario 1 Samuel 17:38-40 Después Saúl le dio a David su propia armadura: un casco de bronce y una cota de malla. David se los puso, se ciñó la espada y probó dar unos pasos porque nunca antes se había vestido con algo semejante. “No puedo andar con todo esto”, le dijo a Saúl. No estoy acostumbrado a usarlo. Así que David se lo quitó. Tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa de pastor. Luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para luchar contra el gigante filisteo. El rey quiso armar a un simple pastor de ovejas, menospreciando las piedritas, la onda, y su vara. De la misma manera, el diablo te hace ver lo poco que tenés para enfrentar los gigantes modernos. La fe te eleva por encima de tus límites, te hace ver que lo que tenés es suficiente cuando lo ponés en las manos se Dios, te permite disfrutar de la victoria aunque hoy no sepas  cómo ganarás la batalla. Orá así: Padre Dios, creo que poniendo mis recur...

Pedido por vosotros y vuestros vecinos

 “Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas”. 2 Reyes 4:3. La esposa de un profeta de Dios no solo había quedado viuda sino muy endeudada, a tal punto que el acreedor había venido para llevarse a dos de sus hijos como siervos. Esta madre en su desesperación acudió por ayuda al profeta Eliseo quien le dijo algo que en principio parecía absurdo: “Consigue todas las vasijas vacías que puedas”. El segundo paso era: “Luego entra y enciérrate junto a tus hijos. Ve llenando todas las vasijas y poniendo aparte las que estén llenas” (v. 4). La viuda solo tenía un poquito de aceite, así que le debe haber parecido raro que Eliseo le dijera que fuera poniendo aparte las vasijas llenas. Pero ella y sus hijos obedecieron y vieron como el aceite corría sin parar, llenando todas las vasijas. ¡Qué milagro! El aceite seguía fluyendo… mientras había vasijas vacías. Aprendemos una gran lección espiritual de esta historia: Dios está listo para derramar su poder ...