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La oveja verdadera escucha al verdadero Pastor

La Oveja Verdadera Escucha al Pastor Verdadero


También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. (Juan 10:16).


La verdad se debe presentar con tacto divino, amabilidad y delicadeza. Debe provenir de un corazón que ha sido hecho impresionable y compasivo. 

Que nuestras palabras sean amables cuando tratamos de ganar almas. Dios será la sabiduría para la persona que la busca en la fuente divina.

 En todas partes hemos de buscar oportunidades, debemos perseverar en oración y estar siempre listos a dar una razón de la esperanza que hay en nosotros, con humildad y temor. Debemos mantener nuestros corazones vueltos hacia Dios, para que nunca vayamos a impresionar desfavorablemente una sola alma por la cual Cristo murió y para que, cuando la oportunidad se presente, podamos hablar las palabras adecuadas y en el momento oportuno. 

Si comienzan a realizar un trabajo para Dios de esta manera, el Espíritu de Dios será su ayudador. 

El Espíritu Santo aplicará a las almas las palabras habladas en amor. La verdad ejercerá poder de convicción cuando se la hable bajo la influencia de la gracia de Cristo.


*El plan* de Dios consiste en ganar primero el corazón. Prediquen la verdad, y dejen que el Señor aplique el poder y el principio reformador. No hagan referencia a lo que dicen los oponentes, sino promuevan únicamente la verdad. La verdad puede penetrar hasta lo más íntimo.

 Expliquen la Palabra con sencillez, en toda su solemnidad.


*A medida* que se multipliquen las pruebas a nuestro alrededor, en nuestras filas se producirá tanto separación como unificación. Algunos que actualmente están listos para tomar sus armas de guerra, en tiempos de verdadero peligro pondrán de manifiesto el hecho de que no han construido sobre la roca; cederán ante la tentación. Los que han gozado de gran luz y preciosos privilegios, pero no han hecho nada por mejorarlos, abandonarán nuestras filas bajo un pretexto u otro. Por no haber recibido el amor de la verdad, serán absorbidos por los engaños del enemigo; le harán caso a espíritus seductores y doctrinas de demonio, y se apartarán de la fe.


*Sin embargo,* por otra parte, cuando la tormenta de la persecución realmente se desate sobre nosotros, las ovejas verdaderas escucharán la voz del Pastor verdadero. Se realizarán esfuerzos abnegados para salvar a los perdidos y muchas de las personas extraviadas del redil regresarán para seguir al gran Pastor. 


El pueblo de Dios se agrupará para darle un frente unido al enemigo. En vista del peligro común, se acabará la lucha por la supremacía; no habrá más disputas acerca de quién debe ser considerado el mayor. Ningún creyente verdadero dirá: “yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas”.

 El testimonio de uno, como el de todos será: “yo me aferro a Cristo; me regocijo en él como mi Salvador personal”.


El amor de Cristo y el amor de nuestros hermanos darán testimonio al mundo acerca de que hemos estado con Jesús y hemos aprendido de él. Entonces el mensaje del tercer ángel se transformará en un fuerte clamor, y toda la tierra será alumbrada con la gloria del Señor.

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