Feliz día 😇
Para nuestra reflexión:El precio pagado por nuestra redención, el sacrificio infinito que hizo nuestro Padre celestial al entregar a su Hijo para que muriese por nosotros, debe darnos un concepto elevado de lo que podemos ser hechos por Cristo.
Al considerar el inspirado apóstol Juan “la altura”, “la profundidad” y “la anchura” del amor del Padre hacia la raza que perecía, se llena de alabanzas y reverencia, y no pudiendo encontrar lenguaje conveniente en que expresar la grandeza y ternura de éste amor, exhorta al mundo a contemplarlo... ¡Qué valioso hace esto al hombre! 😃
Por la transgresión, los hijos del hombre se hacen súbditos de Satanás.
Por la fe en el sacrificio reconciliador de Cristo, los hijos de Adán pueden ser hechos hijos de Dios.
Al revestirse de la naturaleza humana, Cristo eleva a la humanidad. Los hombres caídos son colocados donde pueden, *por la relación con Cristo*, llegar a ser en verdad dignos del nombre de “hijos de Dios”.
MGD 188.4...
Gracias Padre, por tu infinito y grande amor que nos da la preciosísima oportunidad de ser hechos y llamados hijos de Dios!!!
Es mi deseo y oración que vivamos 🔸️hoy🔸️ como Jesús vivió...
Amén y Amén 🙇🏻♀️
“Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno.” Ezequiel 16: 60.
A pesar de nuestros pecados, el Señor es todavía fiel en Su amor hacia nosotros. Él tiene memoria. Vean cómo recuerda aquellos nuestros tempranos días cuando concertó un pacto con nosotros y nos hizo Suyos. ¡Felices días aquellos! El Señor no nos echa en cara esos días ni nos acusa de ser insinceros. No, Él más bien mira Su pacto con nosotros, y no nuestro pacto con Él. No hubo hipocresía de parte Suya en ese sagrado pacto, en lo absoluto. ¡Cuán misericordioso es el Señor de tener memoria en amor!
Él mira también hacia delante. Él tiene la determinación de que el pacto no falle. Si nosotros no permanecemos firmes en el pacto, Él sí. Él declara solemnemente: “Estableceré contigo un pacto sempiterno.” No tiene en mente retirar Sus promesas. Bendito sea Su nombre ya que ve el sello sagrado: “la sangre del pacto eterno”, y recuerda a nuestra Fianza, en quien ratificó ese pacto, es decir, Su propio amado Hijo; y, por tanto, permanece en Sus compromisos del pacto. “Él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo”.
¡Oh Señor, pon esta preciosa palabra en mi corazón, y ayúdame para que me alimente de ella durante todo este día!
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