🌿🕯️ Primera Lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 27, 33–28,9
Furor y cólera son odiosos; el pecador los posee. Del vengativo se vengará el Señor y llevará estrecha cuenta de sus culpas. Perdona la ofensa a tu prójimo, y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas. ¿Cómo puede un hombre guardar rencor a otro y pedir la salud al Señor? No tiene compasión de su semejante, ¿y pide perdón de sus pecados? Si él, que es carne, conserva la ira, ¿quién expiará por sus pecados? Piensa en tu fin, y cesa en tu enojo; en la muerte y corrupción, y guarda los mandamientos. Recuerda los mandamientos, y no te enojes con tu prójimo; la alianza del Señor, y perdona el error.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
🌿🕯️ Salmo
Sal 102,1-2.3-4.9-10.11-12
*R/. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia*
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
🌿🕯️ Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 14, 7-9
Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor. Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
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Evangelio del día.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 21-35
En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.»
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús
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Mt. 18, 21-35: Perdonar es un acto de grandeza.
1) Mi hermano: Creo que mucha gente tiene una idea equivocada de la Iglesia. Muchos piensan que la Iglesia, la parroquia y los movimientos son el lugar donde se reúnen personas perfectas, donde se juntan con otras personas perfectas para golpearse el pecho y mostrar cuán santos son ante el cura y los demás. Pero, en realidad, la Iglesia debería ser el ámbito donde la gente admite que ha caído, que ha pecado, que se ha equivocado, que ha fallado y está rota por dentro. Estamos en la Iglesia porque somos peores que los demás. Estamos reunidos cada domingo porque necesitamos ayuda de Dios, porque te cuesta perdonar o porque heriste o lastimaste. No te confundas, por favor, y mira que todos los domingos cuando comienza la misa decimos “Señor ten piedad/ Cristo ten piedad”.
2) Perdonar: El perdón no puede llegar antes de la resolución. Hay un proceso y un tiempo. No hay un perdón que se da al toque. El verdadero perdón lleva su tiempo. El problema a perdonar se resuelve cuando ya no aparece el echar en cara el tema o el miedo a que vuelva a suceder lo que pasó o que te lastimó. Hay que tener en cuenta que perdonar es un proceso y que cuando uno perdona es más para uno, ya que se libera de algo que lo tiene atado y hasta malhumorado. El resolver que perdonas pasa para librarte del odio o rencor o dolor que habita más en vos que en ese otro, por eso perdonar significa sanar, pero vuelvo a repetir, tiene un proceso. Recordá que cuando tienes una carga emocional en vos se genera ansiedad, que puede llevar a tomar forma de angustia, rabia o bronca, pero es producto de ese enojo o dolor que te ata a esa otro persona y te destruye la vida. Este hombre que fue perdonado en el Evangelio no logró resolver en su interior lo que el rey sí logró resolver, por eso este hombre que ha sido perdonado no resuelve en su interior y termina lastimando a otras personas. Si vos no trabajas aquello que te dolió, te lastimas adentro o lastimas a otros: lastimarse por dentro es culpa, depresión o melancolía o encierro, es decir que te lastimas a vos mismo. Y si este dolor está para afuera siempre vas a estar enojado con todo el mundo, negativo siempre en los comentarios, etc. Hay veces que no perdonas porque no querés resolver tu problema y estás a la espera de que quien te lastimó te lo resuelva y eso no va a pasar.
3) En manos de los verdugos: Claro que tenemos en claro que hay que aprender a perdonar. Es un camino y un proceso que lo vemos en el Evangelio. Pero, el Evangelio termina mostrándonos que el hombre al final terminó siendo condenado. Porque perdonar en sí no es una obligación y no todo se perdona, capaz que esto te sorprenda, pero es así, en esta última parte vemos que lo último no se perdonó por el rey a esta persona. Hay cosas que no son perdonables para vos. Hay veces que están las ganas de perdonar, pero muchas veces no está la posibilidad de perdonar. Mirando el Evangelio me hace pensar que uno tiene que vivir con sus decisiones, es saber decidir si puedo vivir sin esta persona o puedo convivir con esta persona sumado al daño que me hizo esta persona en sí. Por eso capaz que es perdonar para sanarte vos y parte de ese sanar sea tomar distancia de esa persona. Es necesario un trabajo interno, porque el tiempo por sí mismo no cura nada, el tiempo da ese lapso para que vos trabajes eso que te dolió y te lastimó. Recordá que el amor y el odio generan vínculos, cuando amas a alguien estás todo el tiempo pensando en esa persona, pero cuando odias a alguien también, ese alguien en el fondo sigue pegado a tu persona, está en tus pensamientos y lo tenés presente. Por eso perdonar es soltar y volver a mirar tu vida y no estar atento a la vida de ese otro que te dolió. Perdonar es soltar. Algo bueno está por venir.
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Fuente: ciudadredonda.org
"La pregunta que cada uno de nosotros debe hacerse hoy es si sentimos en nuestro corazón la alegría de ser objeto del perdón de Dios, siempre dispuesto a la misericordia, y luego si podemos perdonar a los demás. Por eso "Intentemos pensar en una persona que nos ha herido, y pidamos al Señor la fuerza para perdonarla. Y perdonémosla por amor al Señor: nos hará bien, nos devolverá la paz a nuestro corazón". (Papa Francisco 17/09/2023)
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