Una lucha invisible
Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.
Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.
(Daniel 10:12-13)
En la Palabra de Dios tenemos, delante de nosotros, ejemplos de agentes celestiales que influían en la mente de reyes y gobernantes, mientras que al mismo tiempo también los instrumentos satánicos estaban influyendo sobre sus mentes.
Ninguna elocuencia humana, mediante opiniones vigorosamente presentadas, puede cambiar la obra de los instrumentos satánicos.
Satanás continuamente procura obstruir el camino y fé del humano, de modo que la verdad sea trabada por las ideas humanas; y los que tienen luz y conocimiento están en mayor peligro, a menos que continuamente se consagren a Dios humillando el yo y comprendiendo el peligro de la hora.
Seres celestiales los cuales están destinados para responder a las oraciones de los que están trabajando desinteresadamente para promover la causa de Dios.
Los ángeles más excelsos de las cortes celestiales están designados para que tengan eficacia las oraciones que ascienden a Dios para el adelanto de la causa del Señor. Cada ángel tiene su puesto particular del deber, del cual no se le permite que se aleje para ir a otro lugar. Si se alejara, los poderes de las tinieblas obtendrían una ventaja.
El conflicto entre el bien y el mal prosigue día tras día. Los que han tenido muchas oportunidades y ventajas, ¿por qué no comprenden la intensidad de esta obra? En cuanto a esto debieran ser inteligentes.
Dios es el Gobernante. Mediante su poder supremo reprime y domina a los poderosos de la tierra.
Mediante sus agentes lleva a cabo la obra que fue ordenada antes de la fundación del mundo.
Como pueblo no comprendemos como debiéramos el gran conflicto que se libra entre seres invisibles, la lucha entre ángeles leales y desleales. Los malos ángeles continuamente están en acción, preparando su plan de ataque, gobernando como caudillos, reyes y gobernantes a las desleales fuerzas humanas...
Exhorto a los ministros de Cristo que destaquen en el entendimiento de todos los que están dentro del alcance de su voz, la verdad del servicio de los ángeles.
No os dejéis dominar por especulaciones fantásticas. Nuestra única seguridad es la Palabra escrita. Debemos orar como lo hizo Daniel para que seamos guardados por los seres celestiales. Los ángeles, como espíritus ministradores, son enviados para servir a los que serán los herederos de la salvación.
Orad, mis hermanos; orad como nunca habéis orado antes.
No estamos preparados para la venida del Señor. Necesitamos hacer una obra consumada para la eternidad.
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