Ir al contenido principal

El Señor regresará

El Señor Regresará

Más pronto de lo que muchos esperan


¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ; ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. (Lucas 18:7-8).


Si los hombres tuviesen la visión del cielo, verían compañías de ángeles poderosos en fuerza estacionados en torno de los que han guardado la palabra de la paciencia de Cristo. Con ternura y simpatía, los ángeles han presenciado la angustia de ellos y han escuchado sus oraciones.


Aguardan para arrancarlos al peligro. 

Pero tienen que esperar un poco más.

 El pueblo de Dios tiene que beber de la copa y ser bautizado con el bautismo. 

La misma dilación que es tan penosa para ellos, es la mejor respuesta a sus oraciones. Mientras procuran esperar con confianza que el Señor obre, son inducidos a ejercitar su fe, esperanza y paciencia como no lo hicieron durante su experiencia religiosa anterior. Sin embargo, el tiempo de angustia será acortado por amor de los elegidos. 

El fin llegará más rápidamente de lo que se espera.


"Por más que un decreto general" haya fijado el tiempo en que los observadores de los mandamientos puedan ser muertos, sus enemigos, "en algunos casos, se anticiparán al decreto" y tratarán de quitarles la vida antes del tiempo fijado. 

Pero! nadie puede atravesar el cordón de los poderosos guardianes celestiiales colocados en torno de cada hijo fiel.


Algunos son atacados al huir de las ciudades y villas. Pero las espadas levantadas contra ellos se quiebran y caen como si fueran de paja. Otros son defendidos por ángeles en forma de guerreros.


En todos los tiempos Dios se valió de santos ángeles para socorrer y librar a su pueblo. Los seres celestiales tomaron parte activa en los asuntos de los hombres.


Aparecieron con vestiduras que relucían como el rayo; vinieron como hombres en traje de caminantes. Hubo casos en que aparecieron ángeles en forma humana a los siervos de Dios. Descansaron bajo los robles al mediodía como si hubiesen estado cansados. Aceptaron la hospitalidad en hogares humanos. Sirvieron de guías a viajeros extraviados.

 Con sus propias manos encendieron los fuegos del altar. Abrieron las puertas de las cárceles y libertaron a los siervos del Señor. Vestidos de la armadura celestial, vinieron para quitar la piedra del sepulcro del Salvador.


No dudes, que menudo suele haber ángeles en forma humana en las asambleas de los justos, y visitan también las de los impíos, como lo hicieron en Sodoma para tomar nota de sus actos y para determinar si excedieron los límites de la paciencia de Dios. El Señor se complace en la misericordia; así que por causa de los pocos que le sirven verdaderamente, mitiga las calamidades y prolonga el estado de tranquilidad de las multitudes. Los que pecan contra Dios no se dan cuenta de que deben la vida a los pocos fieles a quienes les gusta ridiculizar y oprimir. En la hora de peligro y angustia “el ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen, y los defiende” 

(Salmos 34:7).

Comentarios

Entradas populares de este blog

XXXII Domingo del Tiempo Ordinario

Primera Lectura Lectura del primer libro de los Reyes (17,10-16): En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.» Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.» Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.» Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: «La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra.»» Ella se f...

Solicitud de ayuda para la Barriada Doña Ana de Cártama

SOLICITUD DE AYUDA PARA LA BARRIADA DE DOÑA ANA DE CÁRTAMA Paz y Bien a tod@s!!! Nuestro  párroco Rvdo. D. José García, nos comunica que desde los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Cártama han solicitado MANTAS, SÁBANAS, COLCHAS y PAÑOS DE COCINA para los vecinos de Doña Ana afectados por las inundaciones. Como ya sabéis, a través de las redes se está pidiendo mucha ayuda pero allí ya no son necesarios otros productos, así que os pedimos toda la colaboración posible. Para ello vamos a poner a este servicio la infraestructura de la Parroquia y del Grupo Parroquial de la Divina Pastora de Cártama, de forma que todo lo que tengais a bien aportar de estos enseres de hogar, podéis traerlos al almacén sito en calle González Marín 130 el lunes y el martes, sólo tenéis que poneros en contacto con Mercedes por WhatsApp al teléfono ☎️ 676659759. Muchas gracias a tod@s y rogamos a Nuestra Divina Pastora que Dios nos bendiga y guarde a tod@s!!!! 💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐

Sábado Santo

SÁBADO SANTO Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando en su pasión y muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la misa (por lo que conserva el altar enteramente desnudo) hasta que, después de la Vigilia solemne o espera nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya exuberancia inunda los cincuenta días subsiguientes. Hoy no puede darse la sagrada comunión más que a modo de viático. VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA, PRIMERA PARTE: SOLEMNE INICIO DE LA VIGILIA O LUCERNARIO Bendición del fuego y preparación del cirio Se apagan todas las luces. En un lugar  SEGUNDA PARTE Lectura de la Palabra  PRIMERA LECTURA [Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.] Del libro del Génesis 1, 1–2, 2 En el principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era soledad y caos; y las tinieblas cubrían la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. Dijo Dios: “Que exista la l...