Ir al contenido principal

La oración secreta y el estudio de la Biblia

La Oración Secreta y el Estudio de la Biblia


La oración eficaz del justo puede mucho. 

(Santiago 5:16).


La iglesia de Dios está compuesta por vasos grandes y pequeños.

 El no espera que los vasos más pequeños tengan la misma capacidad de los grandes. Espera dividendos de acuerdo con lo que cada persona tiene, no de acuerdo con lo que no tiene.

 Haga lo mejor que usted pueda, y Dios aceptará sus esfuerzos. Lleve a cabo el deber que le queda más cerca y cúmplalo con fidelidad, y su trabajo será totalmente aceptable al Maestro. 

En su deseo de realizar algo grande, no pase por alto las tareas más pequeñas que le esperan.


Guárdese de no descuidar la oración secreta ni el estudio de la Palabra de Dios. Estas son las armas que debe emplear en contra de aquel que lucha por impedir su progreso hacia el cielo.

 El primer descuido de la oración y del estudio de la Biblia hace que el segundo sea más fácil.

 La primera oposición a la súplica del Espíritu prepara el camino para la segunda oposición. Esa es la forma como se endurece el corazón y se cauteriza la conciencia.


Por otra parte, cada victoria sobre la tentación facilita la victoria siguiente. Cada acto de renunciamiento hace más fácil el siguiente acto de abnegación. 


Cada triunfo ganado prepara el camino para una nueva victoria.

 Cada victoria sobre la tentación, cada acto de abnegación, cada triunfo sobre el pecado, es una semilla sembrada para vida eterna. Cada acción altruista le concede mayor fuerza a la espiritualidad. Nadie se puede esforzar por ser semejante a Cristo sin transformarse en una persona más noble y verdadera.


El Señor reconocerá cada esfuerzo que usted haga por alcanzar el ideal que tiene para usted. Cuando cometa fracasos, cuando sea traicionado a pecar, no sienta que no debe orar ni que es indigno de acudir a la presencia del Señor. 

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” 

(1 Juan 2:1).


El espera al pródigo con los brazos abiertos para darle la bienvenida. Acuda a él, y háblele acerca de sus faltas y fracasos

 Pídale que lo fortalezca para realizar nuevos esfuerzos. El nunca lo decepcionará, ni abusará de su confianza.


Usted tendrá que soportar pruebas. Esa es la forma como el Señor pule las asperezas de su carácter. No se queje. 

Al murmurar sólo consigue que las pruebas se hagan más difíciles. Honre a Dios por medio de una sumisión alegre.

 Soporte la presión con paciencia. Aún cuando alguien le haga daño, mantenga el amor de Dios en el corazón.


“En quietud y en confianza será vuestra fortaleza”

(Isaías 30:15).


Cristo conoce la fuerza de las tentaciones que tienen que soportar y la fortaleza de su poder para resistir. Su mano está siempre extendida con ternura compasiva hacia cada hijo que sufre. Al que se siente tentado y abatido le dice: Hijo por quien he sufrido y muerto, ¿no puedes confiar en mí? “Como tus días, así será tu fortaleza”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

XXXII Domingo del Tiempo Ordinario

Primera Lectura Lectura del primer libro de los Reyes (17,10-16): En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.» Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.» Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.» Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: «La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra.»» Ella se f...

Solicitud de ayuda para la Barriada Doña Ana de Cártama

SOLICITUD DE AYUDA PARA LA BARRIADA DE DOÑA ANA DE CÁRTAMA Paz y Bien a tod@s!!! Nuestro  párroco Rvdo. D. José García, nos comunica que desde los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Cártama han solicitado MANTAS, SÁBANAS, COLCHAS y PAÑOS DE COCINA para los vecinos de Doña Ana afectados por las inundaciones. Como ya sabéis, a través de las redes se está pidiendo mucha ayuda pero allí ya no son necesarios otros productos, así que os pedimos toda la colaboración posible. Para ello vamos a poner a este servicio la infraestructura de la Parroquia y del Grupo Parroquial de la Divina Pastora de Cártama, de forma que todo lo que tengais a bien aportar de estos enseres de hogar, podéis traerlos al almacén sito en calle González Marín 130 el lunes y el martes, sólo tenéis que poneros en contacto con Mercedes por WhatsApp al teléfono ☎️ 676659759. Muchas gracias a tod@s y rogamos a Nuestra Divina Pastora que Dios nos bendiga y guarde a tod@s!!!! 💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐💐

Sábado Santo

SÁBADO SANTO Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando en su pasión y muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la misa (por lo que conserva el altar enteramente desnudo) hasta que, después de la Vigilia solemne o espera nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya exuberancia inunda los cincuenta días subsiguientes. Hoy no puede darse la sagrada comunión más que a modo de viático. VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA, PRIMERA PARTE: SOLEMNE INICIO DE LA VIGILIA O LUCERNARIO Bendición del fuego y preparación del cirio Se apagan todas las luces. En un lugar  SEGUNDA PARTE Lectura de la Palabra  PRIMERA LECTURA [Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.] Del libro del Génesis 1, 1–2, 2 En el principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era soledad y caos; y las tinieblas cubrían la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. Dijo Dios: “Que exista la l...