“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” Isaías 26:3.
Muchas veces comenzamos la semana con toda nuestra confianza puesta en el Señor. Sin embargo, con el correr de los días, nuestra confianza empieza a flaquear y la paz empieza a ser reemplazada por dudas, preocupación, temor, ansiedad e inseguridad. ¿Qué pasó con nuestra confianza?
La palabra “guardar” en hebreo es natsar y significa “proteger, mantener, esconder, conservar, preservar”. La palabra se refiere al hecho de guardar cosas que nos confían. Significa que Dios preserva con paz solo a aquellos que le han confiado sus pensamientos.
Nuestros pensamientos son los que pueden jugarnos una mala pasada. Si el domingo le entregamos a Dios el problema que nos asediaba, pero el martes empezamos a preocuparnos y buscamos salidas en nuestras propias fuerzas, entonces le hemos quitado al Señor lo que le habíamos entregado, por lo tanto, no guardará lo que ya no está en sus manos.
Nuestros pensamientos nos afectan más de lo que podemos darnos cuenta. Por eso necesitamos fijar nuestra mente en las cosas de arriba. No podemos culpar a Dios de tener paz de manera intermitente cuando dejamos que nuestra mente divague o desviamos nuestra atención del Señor. En Proverbios 16:3 leemos: “Encomienda al Señor tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.”
Apoyados en el amor inalterable y el gran poder de Dios, los problemas que pueden rodearnos no nos perturbarán. ¿Deseas paz? Mantén tus pensamientos y tu confianza en Dios.
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