🌱“La Buena Semilla”🌱
(Moisés dijo a Dios:) Te ruego que me muestres tu gloria… Le respondió… No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. (Éxodo 33:18-20)
(Jesús le dijo:) El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. (Juan 14:9)
¿Podemos ver a Dios?
– Si viera a Dios, entonces creería en él.
– Mire primero el sol, fue la respuesta.
– ¡No puedo, alumbra demasiado y me volveré ciego!
– Si no puede soportar el hecho de mirar el sol, una creación de Dios, ¿cómo podría soportar ver a Dios mismo?
Moisés pidió a Dios: “Te ruego que me muestres tu gloria”.
Dios le respondió: “No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá”.
Sin embargo, con bondad, Dios se mostró parcialmente a Moisés.
Dios mismo lo escondió en la hendidura de una roca, luego se manifestó en toda su grandeza, y Moisés lo vio, pero no cara a cara, sino por detrás.
¿Qué significa esto? Que es imposible ver su gloria.
Varias veces en la Biblia, cuando algunos hombres fueron conscientes de estar en la presencia de Dios, comprendieron que estaban perdidos, en una situación desesperada (por ejemplo, Isaías 6:1-5).
Pero nosotros podemos estar “escondidos en la roca”.
¿Quién es la roca? Es el Señor, la “fortaleza de los siglos” (Isaías 26:4).
Dios es espíritu, es invisible, vive en “luz inaccesible” (1 Timoteo 6:16).
No podemos verlo, pero podemos conocerlo recibiendo lo que nos comunicó. Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”.
En Jesús podemos ver todos los caracteres de Dios, particularmente su justicia, su amor y su bondad.
Él se acerca a nosotros, quiere nuestro bien y nos tiende la mano.
Lectura: 📖✍
1 Reyes 10 – Marcos 11:20-33 – Salmo 57:1-5 – Proverbios 15:13-14
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