“Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que crezcamos en sabiduría.” Salmo 90:12.
La palabra sabiduría, en hebreo khama, significa destreza, habilidad, discernimiento para aconsejar, prudencia, cordura en la vida diaria. Consiste, básicamente, en aplicar bien lo que uno sabe a lo que uno hace.
En la Palabra de Dios, “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Para vivir con sabiduría debemos buscar a Dios y conocer y hacer su voluntad. El sabio obedece siempre al Señor y deja los resultados en sus manos.
Cuando no tenemos sabiduría, dice Santiago 1:6, debemos pedírsela a Dios: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Su Palabra es la fuente inagotable de esa sabiduría.
Todos, cada día, tenemos que tomar decisiones. Podemos hacerlo con la sabiduría de Dios o dejarnos guiar por nuestras experiencias, capacitación o intuición. Los resultados estarán determinados por lo que escojamos seguir.
Necesitamos la sabiduría de Dios para saber administrar el tiempo que Él nos regala. Necesitamos saber establecer prioridades, cuidar de nuestro crecimiento espiritual y relación con el Señor, invertir tiempo en nuestra familia, administrar bien nuestras finanzas, usar nuestros talentos, entre tantas otras cosas. ¡Todo lo debemos hacer con la sabiduría de Dios!
Toma tiempo hoy para pensar qué es lo que está guiándote y pídele al Señor que te ayude a ordenar cada aspecto de tu vida con la sabiduría que Él promete darte.
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