Nuestro Padre nos fortalece por medio del Espíritu
Efesios 3:14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre, 16 para que os dé conforme a las riquezas de Su gloria el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por medio de Su Espíritu.
También somos fortalecidos con poder. Este poder es el poder de resurrección mencionado en 1:19-20; es el poder que opera en nosotros (3:20. Este poder levantó a Cristo de entre los muertos, lo elevó a los cielos y puso todas las cosas bajo Sus pies. Con tal poder, Dios nos fortalece.
Es mediante el Espíritu que el Padre nos fortalece. Él nos fortalece con el Espíritu, el cual mora en nosotros. Esto no significa que el Espíritu no esté con nosotros o que el Espíritu tenga que descender desde los cielos para fortalecernos. El Espíritu que nos fortalece ha estado con nosotros y en nosotros desde el momento en que nos regeneró, y sigue con nosotros ahora mismo. Por medio del Espíritu que mora en nosotros, el Padre nos fortalece por dentro.
El versículo 16 también dice que somos fortalecidos en el hombre interior. El hombre interior es nuestro espíritu regenerado, cuya vida es la vida de Dios, es decir, es nuestro espíritu, el cual fue regenerado por el Espíritu de Dios (Jn. 3:6), está habitado por el Espíritu de Dios (Ro. 8:11, 16) y mezclado con el Espíritu de Dios (1 Co. 6:17). Para experimentar a Cristo hasta la medida de toda la plenitud de Dios, necesitamos ser fortalecidos en el hombre interior. Esto implica que tenemos que entrar en nuestro espíritu, donde podemos ser fortalecidos por el Espíritu Santo.
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