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Añade virtudes a tu vida

 📖“Añade virtudes a tu vida”

“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.” 2 Pedro 1:5-7.

Si eres padre o madre, seguramente te preocuparías si notas que tu hijo no está creciendo físicamente; pero también si no crece intelectual, emocional, social y sobre todo espiritualmente. Lo mismo sucede con nuestro Padre Celestial, su anhelo es que sus hijos crezcan.

En este pasaje se nos exhorta a revisar nuestras virtudes cristianas y a desarrollarlas si acaso no mostramos señales claras de crecimiento. A la fe inicial, la que comenzamos a desarrollar desde el mismo momento en que entregamos nuestra vida a Cristo para que sea nuestro Salvador y Señor, debemos “añadirle” otras virtudes.

La palabra griega para «añadir» es epijoregeo que significa “sumar a lo que está, suplir completamente, contribuir a lo establecido, suministrar”. Aplicada a este versículo, significa desarrollar una virtud mediante el ejercicio de otra. En la antigüedad se usaba la palabra epijoregeo cuando se buscaba ensamblar las voces de un coro para que suenen en perfecta armonía.

Pedro usa esta palabra para exhortarnos a ensamblar todas las virtudes cristianas de modo que resulten en perfecta armonía. De nada sirve tener una voz principal excelente si el resto del coro desafina. Podemos tener mucho conocimiento, pero si no “entonamos” bien en el amor, sonamos como címbalo que retiñe.

Te invito a que tomes un tiempo para analizar cómo están “sonando” tus virtudes y cuáles de ellas tal vez necesitan ser perfeccionadas. Estas son algunas de las que menciona Pedro:
• Fe (pistis en griego): Convicción de que lo que Cristo dice es la Verdad. Confianza plena en sus promesas.
• Virtud (arete): Valor. Energía moral. Fortaleza del alma.
• Conocimiento (gnosis): Discernimiento, ciencia, saber actuar en cada situación.
• Dominio propio (egkrateia): Capacidad de enfrentarse con uno mismo. Moderación.
• Paciencia (hypomone): Fe que se mantiene en la lucha, espíritu que conquista.
• Piedad (eusebeia): Que manifiesta compasión y misericordia por los demás.
• Afecto fraternal (filadelfia): Demostrar amor por los hermanos.
• Amor (ágape): Amor abnegado, incondicional, que da sin esperar nada a cambio.
Si pensamos que en todas podemos puntuarnos con un 10, tal vez tendríamos que reconsiderar esa virtud llamada humildad… Si somos sinceros con nosotros mismos, sabremos exactamente en qué debemos crecer.

Permítele al Espíritu Santo obrar en tu vida. No cierres tus oídos a su voz y sigue creciendo.

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
Juan 1:12

Uno mismo hace el mal, uno mismo lo sufre; uno mismo se aparta del mal, uno mismo se purifica. Pureza e impureza son cosas de uno mismo, nadie puede purificar a otro

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