MÁS ALLÁ DE LAS CUATRO PAREDES...
La mayor parte de los seres humanos tiende a “encerrar” al universo dentro de las “cuatro paredes” de sus sentidos, dentro de una “visión natural” que le sirve como punto de partida para sacar sus conclusiones amoldadas a sus esquemas mentales... Pero más allá de las “cuatro paredes sensoriales”, permanece desde siempre una REALIDAD INCREADA, que es la CAUSA primera del universo... ¡El Dios Creador de los cielos y de la tierra! El Eterno Dios, quien con solo dar una orden, sacó TODO desde donde NADA había. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” Génesis 1:1 Se ha comprobado científicamente que el universo tuvo origen, tuvo un inicio; no pudo surgir de la nada... ¡De la NADA, NADA puede salir! Si en un principio no había, ni siquiera un mínimo fragmento de materia, necesariamente tuvo que ser traída a la existencia por una causa NO material; y no solo eso, sino una causa con inteligencia y con designios... ¡No por algo... Sino por Alguien! ¡El universo es el EFECTO NATURAL que surgió desde una CAUSA SOBRENATURAL! ¡Y esta causa, es Dios! ¿Y si no es Dios, entonces quién más podría ser? ¡Imposible ser EFECTO sin CAUSA! Caso contrario, NADA existiera...
"Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que NO se veía” Hebreos 11:3 Que el Espíritu Santo ilumine las mentes encarceladas en las “rejas de sus razonamientos lógicos”, en las “rejas de las apariencias sensoriales”... Que la LUZ del Espíritu Santo, abra las ventanas que obstruyen el paso de la FE... “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” Hebreos 11:1
LA LUZ DE LA FE Ilumina tu mente para discernir la REVELACIÓN de Dios escrita en la Biblia, asimilar sus enseñanzas, aplicarla ante cada circunstancia de tu vida y difundirla hacia todos los rumbos posibles. Te permite “ver” la REALIDAD, el PODER y la SOBERANÍA de Dios envolviendo activamente tu realidad circundante. Te permite comprender la razón de tu existencia temporal sobre la tierra y vislumbrar tu destino eterno. Te guía en medio de este mundo saturado de vanas apariencias y de ruidos confusos. “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la LUZ, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” 2 Corintios 4:6
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