La honra de ser pastor
Texto de referencia: "Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón." Hebreos 5:4.
La actividad en el trabajo ministerial es un llamamiento de Dios, esta es una honra que nadie puede tomar por si solo; como pasa hoy en día que cualquiera se nombra asimismo ministro de Dios.
No cualquiera puede presentar los pecados cometidos por el creyente ante Dios, no cualquiera puede realizar la seremonia bautismal, la biblia dice: "Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad; y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo."
Hebreos 5:1-3.
El ministro o sacerdote llamado por Dios es el único constituido para realizar el ofrecimiento ante Dios el perdón de los pecados del pueblo, solo él es quien está capacitado para realizar la seremonia a favor de los pecadores, solo él puede ofrecer las ofrendas y sacrificios por los pecados de los creyentes.
Por eso cualquiera no puede realizar el bautismo en el nombre del Señor Jesús, para el perdón de los pecados, si no está llamado por Dios para realizar esta actividad ministerial, la cuál es una honra realizarla ante Dios, solo él Señor Jesús es quien construye a sus pastores y su obra sacerdotal, la biblia dice: "El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor."
Efesios 4:10-16.
El llamado solo viene de nuestro Señor Jesús, para un propósito bien definido y explicado por el Señor en este texto, pues cada miembro en la iglesia tiene una actividad propia la cuál debe hacer con respeto para que el crecimiento de los miembros de la iglesia reciba la edificación en el amor.
Cada miembro de la iglesia no puede tomar la honra del pastorado, ellos no están llamados para realizar el bautismo en el nombre del Señor Jesús, pues Dios es muy ordenado, y él no confunde a nadie, la biblia dice: "pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación."
1 Corintios 14:33-35.
La mujer no puede tomar esta honra, ella no puede ser llamada pastora y menos presentar ante Dios el perdón de los pecados de los creyentes en la seremonia bautismal, sería indecoroso que una mujer hablé a favor del pecador, en este sacrificio por el perdón de sus pecados.
El único que puede realizarlo es el pastor, no el creyente, no la mujer, no la autollamada pastora, pues nunca se vio en las sagradas escrituras, estos hechos, la biblia dice:
"También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor." Juan 10:16.
"Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe." Hebreos 13:7.
"Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso." Hebreos 13:17
Todos estos términos son masculinos no femeninos, veamos:
• Pastor.
• Pastores.
• Ellos.
• Sujetados a Ellos.
• Ellos darán cuenta.
La escritura no se equivoca, los equivocados son los que toman este derecho sin ser llamados por Dios.
En resumen Aaron tenía esta honra, el Señor Jesús tiene este derecho y solo los llamados por él tienen este honor y gloria, la biblia dice:
Dios es nuestro pastor: "Jehová es mi pastor; nada me faltará." Salmos 23:1.
Jesús es nuestro buen pastor: "Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen," Juan 10:14.
Él dará la honra a sus pastores llamados para la obra del ministerio, la biblia dice: "Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria."
1 Pedro 5:4.
Sus ovejas oyen la voz de su pastor, pues solo ellas conocen y oyen a su Dios y Señor Jesús.
Solo los pastores que han sido llamados para tener esta honra, recibirán la corona de gloria.
Espero que hayas quedado bien informado, para que no seas un ignorante, siguiendo a las doctrinas de hombres, pues ellas no se sujetan a la verdad de Dios.
Nuestro Señor Jesús bendiga a todos
Agradecimientos: F. Delgado
Señor, protege mis labios y lléname con Tú sabiduría para que mis palabras sean un instrumento de bendición a otros y siempre un medio para Tú honra y gloria.
"Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios”
Proverbios 4:24
Las palabras son poderosas. Pueden herir el espíritu de otra persona y frecuentemente dejan cicatrices permanentes. Pueden sembrar semillas de corrupción en mentes inocentes o indecisas. Pueden manchar buenas reputaciones y pueden frustrar buenos planes. Pueden conllevar una bendición profunda; pero también pueden conllevar una poderosa maldición.
Agradecimientos: L. Sojo
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Mateo 3:16 [RV60]
"Él vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma"
A sí como el Espíritu de Dios descendió sobre el Señor Jesús, la Cabeza, así también El, en cierto modo, desciende sobre los miembros del Cuerpo místico. Su descenso en nosotros es similar a aquel en que se apareció a nuestro Señor. Con frecuencia tiene una celeridad singular y, al tomar conciencia, nos sentimos impulsados a ir hacia adelante y hacia el cielo más allá de toda expectativa. Pero ya no hay ninguno de los apuros terrenales, pues las alas de la paloma son tan suaves como veloces. La tranquilidad parece esencial para muchas de las operaciones espirituales, el Señor se encuentra en la voz calma y suave y, como el rocío, su gracia se destila en silencio.
La paloma siempre ha sido el símbolo elegido para la pureza, y el Espíritu Santo es santidad en sí mismo. Cuando El viene, todo lo que es puro, precioso y de buena fama abunda, y el pecado y la impureza se alejan. La paz reina también donde la santa paloma viene con poder, trayendo la rama de olivo que muestra que las aguas de la ira divina se han apaciguado. La mansedumbre es un resultado seguro del poder transformador de la paloma sagrada: los corazones tocados por su influencia benigna son mansos y humildes de allí en adelante... y para siempre. La inocuidad viene después, como automáticamente las águilas y los cuervos podrán cazar sus presas; la tórtola, puede resistir el daño, pero no causarlo. Nosotros debemos ser como inofensivas palomas. La paloma es una imagen apropiada del amor, la voz de la tórtola está llena de afecto y, por lo tanto, el alma que es visitada por el bendito Espíritu abunda en amor a Dios, en amor a los hermanos y en amor a los pecadores y, sobre todo, en amor a Jesús. El mover del Espíritu de Dios sobre el abismo primero trajo orden y vida, y en nuestros corazones causa y promueve nueva vida y luz. Bendito Espíritu, así como descendiste sobre nuestro querido Redentor, desciende sobre nosotros en esta hora, y para siempre.
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