DIOS LUCHA POR TI Y TU FAMILIA.🔥🔥🔥🛐🛐🛐🛐🛐🛐🛐
Las estrategias de las fuerzas del mal en contra de los hijos de Dios no cesan, son decididas y continuas.
A mayor compromiso con la causa de Dios y se reflejen los frutos, así también será la oposición... ¡Se “respirará” en todas partes!
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
Efesios 6:12
No faltarán las confabulaciones en tu contra para complicarte las cosas... Para echarte a perder lo que habías logrado... Para hacerte dudar, temer, desanimarte y frustrarte... Para hacerte pensar que todo se perdió, que ya no hay más remedio... ¡Que es imposible!
Justamente eso es lo que están tramando para ti estas huestes infernales, para que tires todo por la borda... ¡Pero no temas!
No existe ninguna autoridad infernal o terrenal que esté sobre la autoridad de Dios... ¡Y tú estás bajo la autoridad del Altísimo!
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?... Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”
Romanos 8:31,37
Ve donde tengas que ir... haz lo que debas hacer.
¡Dios pelea por ti y tu familia!
El Señor peleará por vosotros,
y vosotros estaréis tranquilos.
Éxodo 14:14
¡Créelo!
La batalla está vencida.
¿No te he dicho que si crees,
verás la gloria de Dios?
Juan 11:40
¡Fortalécete!
Ora...
Medita en la Biblia...
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”
Efesios 6:10-11
Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
2 Corintios 8:9 [RV60]
Siendo pobre, nos hizo partícipes de sus riquezas
El Señor Jesucristo fue eternamente rico, glorioso y exaltado, pero “por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico”. Como el creyente rico no puede ser sincero en su comunión con sus hermanos pobres, a no ser que con sus bienes ministre sus necesidades, así también (ya que rige una misma ley tanto para la cabeza como para los miembros) es imposible que nuestro Señor Jesucristo pueda haber tenido comunión con nosotros, a no ser que nos haya hecho partícipes de sus abundantes riquezas y se haya hecho pobre para hacernos ricos. Si Él hubiese permanecido en su trono de gloria y nosotros hubiésemos seguido en las ruinas de la caída, sin salvación, la comunión habría sido imposible por ambas partes. Nuestra posición de hombres caídos hace tan imposible que (fuera del pacto de gracia) haya comunión entre nosotros y Dios, como que la haya entre Cristo y Belial. Para que esa comunión pueda ser lograda, es necesario que el pariente rico otorgue sus bienes a sus parientes pobres, que el justo Salvador dé su perfección a sus hermanos pecadores y que nosotros, pobres y culpables criaturas, podamos tomar de su plenitud, gracia por gracia. Y así, dando y recibiendo, el uno desciende de las alturas y el otro asciende de las profundidades y pueden así abrazarse en sincera y cordial comunión. La pobreza, antes de aventurarse a tener comunión, será enriquecida por aquel en quien están los tesoros infinitos; y la culpa, antes de que el alma pueda andar en comunión con la pureza, desaparecerá en la justicia impartida. Jesús ha de vestir a su pueblo con sus propios vestidos, de otro modo, no puede admitirlo en su gloria; Jesús debe lavar a los suyos en su propia sangre, de otro modo, no podrán recibir su abrazo de comunión. ¡Oh creyente!, aquí hay amor. Por amor a ti Jesús se hizo pobre para elevarte a la comunión con El.
Dios te dará una salida.
He aquí que yo hago cosa nueva;
pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis?
Otra vez abriré camino en el desierto,
y ríos en la soledad.
Isaías 43:19
¿Te das cuenta?
¡Palabra recibida a tiempo!
Lo que quiere decir que...
¡Dios sí conoce tu situación!
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