VISIÓN EN LA ECONOMÍA DE DIOS
Oración: Señor, confiamos en tu preciosa sangre. Límpianos con tu sangre. Deseamos vivir en comunión contigo. No queremos que ningún pecado, ninguna cosa maligna ni nada que sea contrario a Ti, cubra o vele nuestro ser interior; no queremos perder Tu luz ni descuidar nuestra comunión contigo ni interrumpir el disfrute que tenemos de Tu presencia. Señor, sé nuestra ofrenda por el pecado y nuestra ofrenda por la transgresión. No queremos tener meras actividades religiosas o estar ocupados haciendo obras y que, a la vez, perdamos Tu presencia interiormente y no tengamos contacto contigo. Señor, en este entrenamiento permite que permanezcamos en comunión contigo, que tengamos contacto contigo personalmente y que nos centremos en el deseo de Tu corazón. No queremos conocer solamente las palabras objetivas de la Biblia, sino también la obra que Tú realizas subjetivamente en nosotros, es decir, la obra que Tú estás efectuando en la iglesia hoy. Señor, concédenos Tu gracia y háblanos en lo más profundo de nuestro ser. Queremos que nos enseñes y nos alientes; pero más que eso, deseamos conocer Tu camino y ser preservados por Ti, ganados por Ti y sustentados por Ti. Crece dentro de nosotros, haznos sensibles a Ti diariamente, de tal manera que nos mezclemos contigo verdaderamente y permanezcamos en comunión contigo. Logra un crecimiento genuino en nosotros, y obtén una senda amplia en nuestro interior que abra todas las puertas de nuestro ser.
Señor, en nuestro recorrido por esta tierra, es inevitable que tengamos carencias y que nos contaminemos. Perdona todas nuestras fallas. Límpianos de toda contaminación. Sálvanos y quita de nosotros toda inmundicia, para que nuestra mente, corazón y espíritu —incluyendo nuestra conciencia— permanezcan limpios. Señor, que nuestra comunión aquí sea un fluir puro, claro como el cristal, sin sombra ni velo alguno. Concédenos un cielo despejado; quita todos los velos. Que tanto el orador como los oyentes estemos en un solo espíritu. Permite que todos recibamos Tu hablar y Tu carga, de modo que todos participemos en lo mismo y lo poseamos en espíritu. Condúcenos a Tu persona para que recibamos Tu cuidado tierno y Tu suministro, a fin de que experimentemos un crecimiento genuino. Señor, llévanos a hablar la misma cosa. No queremos actuar basándonos en ideas preconcebidas, sino que deseamos actuar conforme a Tu Espíritu. Háblanos las palabras que están en tu corazón una y otra vez.
Amén.
LA NECESIDAD DE QUE HAYA UNA VISIÓN ENTRE LOS QUE SIRVEN
En este capítulo primeramente consideraremos la clase de visión que un siervo del Señor debe poseer.
¿Qué es una visión?
Entre los que sirven, los dos grupos más importantes de personas son los ancianos y los colaboradores. Según la Biblia, todo seguidor del Señor debe ser gobernado por una visión. Hemos estado hablando acerca de este asunto por muchos años. Desde el primer día que comenzó la obra aquí en Taiwan, hemos estado hablando sobre la visión. Hace más de veinte años, este asunto afectó a algunos jóvenes. Ellos pensaban que habían visto la visión, y se llamaban a sí mismos “el grupo de la visión”. Ellos censuraban a los santos mayores de edad por no tener visión.
Es un asunto muy importante que una persona entienda o no cierto término bíblico. Incluso cuando alguien entienda un vocablo, es muy importante saber si lo entiende correcta y exactamente. Proverbios 29:18 dice: “Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena”. Esto quiere decir que sin una visión, las personas abandonan toda restricción, y se vuelven como caballos salvajes en un estado indómito. En el Nuevo Testamento, el ejemplo más claro donde se menciona la palabra visión, es el caso de Pablo. En Hechos 26:19, mientras Pablo presentaba su defensa ante el rey Agripa, él expresó estas palabras: “No fui desobediente a la visión celestial”. Para entender el significado de la palabra visión, es necesario que entendamos el contexto de las palabras habladas por Pablo en los versículos del 4 al 23.
Antes del versículo 19, Pablo afirma que él había sido un judaizante celoso de su religión y de las tradiciones de sus antepasados. Él era tan celoso que no toleraba que hubiera ninguna enseñanza ni creencia diferente entre los judíos. Sin embargo, en aquel entonces había un grupo de cristianos cuyas palabras, enseñanzas, acciones y obras eran diferentes de las ordenanzas de la religión judía de Pablo y diferentes de la misma raíz de dicha religión. Tarso, la ciudad natal de Pablo, estaba ubicada entre Asia Menor y Siria; era un centro de comunicación y una ciudad académica famosa, una ciudad llena de cultura. En Tarso había una escuela griega, y allí Pablo obtuvo la educación más elevada. Al mismo tiempo, se hizo miembro de una de las sectas más estrictas del judaísmo y llegó a ser un fariseo, educado a los pies de Gamaliel, quien era uno de los maestros más sobresalientes de esa época. Podemos ver que Pablo era una persona docta, ambiciosa, activa y con grandes aspiraciones.
Siendo aún joven, él recibió autoridad de los principales sacerdotes de la religión judía para aprehender a los creyentes y ponerlos en prisión; él incluso dio su voto en contra de ellos para condenarlos a muerte. Muchas veces persiguió a los creyentes en las sinagogas y procuraba obligarles a blasfemar. Él estaba enfurecido sobremanera contra ellos y los perseguía hasta las ciudades de los gentiles. Él incluso solicitó una carta de los principales sacerdotes y tomó la iniciativa para apresar a los que invocaban el nombre del Señor. Pero mientras iba camino a Damasco, el Señor se le apareció y le dijo: “Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones” (v. 14). Pablo preguntó: “¿Quién eres, Señor?”. El Señor respondió: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (v. 15). Luego el Señor dijo que lo había escogido para ponerlo por ministro y testigo de las cosas que había visto de Él, y de aquellas en que se le aparecería. El Señor mismo enviaría a Pablo a las personas y a los gentiles para abrirles los ojos, para que se convirtieran de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que recibieran perdón de pecados y herencia entre los que habían sido santificados por la fe. Después de testificar acerca de estas cosas, Pablo concluyó diciendo: “Por lo cual ... no fui desobediente a la visión celestial” (v. 19). Cuando Pablo sirvió a Dios en la religión judía, lo hizo conforme a la tradición y no conforme a una visión, pero desde el día en que el Señor se le apareció, lo llamó y lo escogió camino a Damasco, Pablo llegó a ser un hombre de visión. Desde ese momento en adelante, su servicio fue gobernado por una visión.
En cuanto a la palabra visión, nuestro énfasis no está en su significado según el Antiguo Testamento, sino en lo que Pablo dijo en Hechos 26:19. Por supuesto, no es posible definir una verdad bíblica usando como base un versículo solamente. Cada verdad contenida en la Biblia requiere de toda la Biblia para ser explicada adecuadamente. Esto es similar a los diferentes órganos del cuerpo, ya que ninguno puede sobrevivir por sí mismo. Cada miembro necesita que todo el cuerpo lo sustente. De la misma manera, cada verdad debe ser sustentada por todo el “cuerpo”. La Biblia completa es el “cuerpo” entero, o sea la estructura de apoyo. Para entender lo que significa la palabra visión, debemos tener en cuenta toda la Biblia.
¿Está usted dispuesto?
Heme aquí, envíame a mí. (Isaías 6:8)
Dios quiere un corazón dispuesto en el momento y en el lugar señalados que oiga sus órdenes. También quiere un corazón lleno de la verdadera adoración. Todo el afecto y el pensamiento del creyente deben ponerse en Cristo. Todas sus metas se dirigen a Él. Él es suyo en definitiva.
¿Está dispuesto usted? ¿Es un adorador? ¿Es su propósito en la vida concentrarse en la persona de Cristo? El tener esa actitud significa estar controlado por el Espíritu Santo, que es el único que puede hacer que usted llame a Jesús Señor (1 Co. 12:3). Todos sus bienes, todo su tiempo, toda su energía, todo su talento y todos sus dones deben estar controlados por Él.
Eso también significa estar concentrado en la Palabra porque es en la Palabra donde se ve a Cristo. Se mira su gloria en la Palabra. Así como Cristo vino al mundo para dar su vida a fin de atraer a las personas hacia sí mismo, usted debe hacer lo mismo.
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