A las 7:30 de la mañana estuvieron
reunidos cincuenta y cinco participantes en la calle Santo Cristo de Cártama con
rumbo a Sevilla. Entre saludos, risas y
alguna broma cada persona interesada en participar recogió el número del asiento
donde iría en el autocar, si bien, se podía cambiar con total libertad sin
explicación previa. El comienzo del
viaje partió con una bendición del Párroco
a cada una de las personas participantes, con posterioridad una oración a la
Virgen, para que con el mismo amor que media por cada uno de nosotros en
nuestro quehacer cotidiano lo haga en esta excursión parroquial, que pretende ser
un punto de inflexión hacia el significado de la caridad.
El Párroco habló de la figura de
Santa Ángela de la Cruz, quien con sus humildes orígenes e incluso habiendo
rozado la miseria en parte de su vida practicó hasta el último día de su vida
lo que es el amor por los demás. Una
vida entregada al servicio de quienes lo peor pasaban, una vida donde el dar
sin pedir nada a cambio era el auténtico motor y motivo de su vida; no en vano,
su estilo de vida hizo que se ganara el respeto de quienes tenía a su
alrededor. En una España republicana y
posteriormente convulsa en temas religiosos, cuestiones atípicas e incluso no
exentas de odio a la cuestión de la fe cristiana fueron presenciadas por esta
religiosa. Pero el amor hacia Dios y por
ende hacia los demás, hizo que la obra de
Sor Angela llegara tan reconocida como tan lejos, tanto que pese a las crisis
de vocaciones para la vida consagrada, la orden que fundó siga creciendo.
A día de hoy las Hermanas de la
Cruz siguen desarrollando el legado de Santa Ángela de la Cruz, y es que más
vale hechos que palabras. Y el
testimonio de una vida coherente no deja lugar a dudas frente a la
indiferencia, al relativismo moral y el materialismo más voraz.
Acabada la introducción del
Párroco, hubo quien dormía plácidamente en el autocar, al mismo tiempo tampoco
faltaron bromas, chistes y hasta algún abrazo.
Seguidos instantes, se invitó a quienes lo quisieran bajaran para desayunar
en un área de servicio de la Roda de Andalucía.
Quien quiso repuso energías, y
quienes así lo eligieron intercambiaban impresiones, no en vano, era una
oportunidad de conocerse, de compartir, de abrir nuevos momentos. Y así fue, hubo quienes coincidieron con
alguien que conocían y también hubo que prefirieron aventurarse a conocer a
nueva gente, lo mejor de todo, es que todo aquel que quiso participar tuvo
compañía.
Una vez llegando a la capital
hispalense comenta el Párroco el itinerario, en esta ocasión, añade, el almuerzo
no se incluye por decisión de algunos/as participantes de anteriores
excursiones parroquiales.
La coordinación no se hizo
esperar, tras comentar que el primer punto de partida era al Museo de Bellas
Artes de Sevilla hubo varios participantes que se ofrecieron a guiar por las
calles de Sevilla para poder ver la exposición de Martínez Montañés. Entre quienes andaban más rápido y quienes más
les costaba, había quienes aprovechaban el momento para charlar, hacer
fotografías al entorno, o sencillamente, interiorizar el momento, para que en
la medida de lo posible, calara bien dentro esta experiencia.
Una vez en las cercanías del
Museo se podía vislumbrar la larga cola de espera para la entrada a la
exposición del “Maestro de Maestros”, hubo quien decía que “ya no se ven
artistas que trabajen tan bien la madera” a lo que lacónicamente añade otro
participante “un gran mérito, con menos adelantos”. Como primera noticia, la exposición es
totalmente gratuita, y se va pasando de seis en seis. Así, entraron quienes participaron en la
excursión. Las miradas de asombro y la admiración
por la obra del insigne escultor eran compartidas tanto por el grupo parroquial
como por otras personas interesadas en la obra de Montañés.
Tal y como añade una de las
trabajadoras del Museo, esta exposición es gracias a la “generosa participación”
del Arzobispado de Sevilla, que ha permitido trasladar las esculturas de sus
ubicaciones habituales hacia el Museo para que lo pueda disfrutar el público. La exposición contaba con importantes medidas
de seguridad y el trato fue amable con el grupo, como anécdota, mientras el
Párroco desplazaba a su madre en silla de ruedas no pudo pasar por una de las puertas
a lo que en poco tiempo vinieron dos empleados del Museo solventando el
problema.
Una vez en el parque, cerca de la
estatua de Murillo parte de los participantes decidieron aventurarse a almorzar
en Sevilla juntos, otros ir de tapeo y a una hora determinada quedar en el Convento
Hermanas de la Cruz en la Calle Santa Ángela de la Cruz.
Una vez en la Capilla de Santa
Ángela de la Cruz, el Párroco vuelve a hablar de la Santa y exhorta a la
comunidad parroquial participando a rogar la intercesión para obtener la gracia
por lo que se recitó una novena que dice
así:
“Dios de toda bondad, que iluminaste a Santa Ángela
virgen con la sabiduría de la Cruz para que reconociese a tu Hijo Jesucristo en
los pobres y enfermos abandonados, y les sirviese como humilde esclava.
Concédenos la gracia que te pedimos, por su intercesión,
en esta novena.
Así también, inspira en nosotros el deseo de seguir
su ejemplo, abrazando cada día nuestra propia cruz, en unión con Cristo
Crucificado, y sirviendo a nuestros hermanos con amor.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Hijo tuyo y Señor
nuestro.
Amen”
Con posterioridad, y tras unos
segundo en silencio el Párroco reza un Padre nuestro, luego un Ave María y un Gloría.
Finalizando con: “Santa Ángela de
la Cruz, ruega por nosotros”.
En un lateral de la Capilla hay
un pequeño mueble a modo de buzón donde quienes quisieron dejaron una
nota. También hubo quienes prosiguieron
en oración en la Capilla pero en esta ocasión, aprovechando el detalle del
regalo de una Hermana del Convento que entregaba una reliquia junto con un
pequeño calendario, una Novena dirigida a Santa María de la Purísima Cruz, con
la misma intención de pedir su intercesión, que dice así:
“Te damos gracias Señor y Padre nuestro por haber
glorificado en tu Iglesia a Madre María de la Purísima de la Cruz, que renunció
a todo para seguirte por el camino de humildad y pobreza, imitando así a tu
Hijo Jesucristo Nuestro Señor. Haz que el ejemplo de su vida suscite en muchas
almas el deseo de seguirte más de cerca, sirviéndote en la persona de los
pobres y enfermos necesitados. Dígnate concedernos por tu intercesión, la
gracia que te pedimos. Amen”.
Con posterioridad, quienes así lo
desean lo acompañan con un Padre nuestro, luego un Ave María y un Gloría.
Tras la finalización de la
oración en la Capilla de Santa Ángela de la Cruz comenta el Párroco que el
nuevo punto de reunión es la Hermandad de la Macarena, próximo al antiguo hospital de las Cinco Llagas de Nuestro
Redentor, también conocido como hospital de la Sangre, actual sede del
Parlamento Andaluz.
Ya a la caída de la
tarde, quienes participaron en la excusión parroquial partieron en el autocar
que estaba aparcado en las cercanías rumbo a Cártama. Desde aquí, muchas gracias al buen tiempo que
acompañó en Sevilla, a gente desinteresada orientando y atiendo de la ciudad de
manera improvisada así como a todas las
personas participantes que juntas hicieron un día inolvidable.
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