“…Has juntado todas mis lágrimas en tu redoma; has registrado cada una de ellas en tu libro”. Salmo 56:8. En la actualidad, una redoma es un recipiente de vidrio de base ancha que se va estrechando hacia la parte superior y se usa en los laboratorios. Pero en la antigüedad, una redoma era una pequeña vasija donde se guardaban líquidos. Parece ser que algunas personas llenaban ese recipiente con sus lágrimas para luego mostrarlas como evidencia del sufrimiento que alguien les había provocado. David tenía su alma quebrantada. Estaba en un lugar peligroso, desprotegido, solitario y lejos de su hogar. Sus viejos amigos lo habían abandonado y algunos de ellos incluso traicionado. No tenía a nadie a su lado que lo comprendiera al cien por cien. Pero puede llorar en la presencia de Dios sabiendo que Él lo escucha y que cada una de sus lágrimas no son pasadas por alto. Todo estaba registrado en el libro de Dios. Muchas veces nos sentimos como David. Nuestros sentimientos son difícil...
Actividades de la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol de Cártama